El ajedrez, mucho más que un simple juego de mesa, ha sido reconocido desde hace siglos como una actividad que potencia el desarrollo intelectual de quienes lo practican. En este artículo descubriremos por qué el ajedrez es bueno para el desarrollo del cerebro y cómo esta milenaria disciplina puede beneficiar nuestra capacidad cognitiva en diversas áreas. ¡No te lo pierdas!
¿Es el ajedrez un arte? ¿Una ciencia? Algunos afirman que es ambos. Sin embargo, seamos honestos, en realidad es solo un juego. Divertido, desafiante, creativo: pero sigue siendo un juego, no muy diferente del tenis, el cricket, el fútbol o el golf.
Pero hay una diferencia sorprendente con estos otros juegos populares. Si bien aprender a jugar casi cualquier juego puede ayudar a desarrollar la autoestima y la confianza, el ajedrez es uno de los pocos que ejercita completamente nuestro cerebro.
Muchos de nosotros probablemente podríamos usar este ejercicio, aunque para algunos puede ser un poco tarde. (¡Al menos para aquellos de nosotros que tenemos la edad suficiente para leer un artículo como este voluntariamente!) Sin embargo, no es demasiado tarde para nuestros hijos. El ajedrez es una de las herramientas educativas más poderosas disponibles para fortalecer el cerebro de un niño. Es bastante fácil aprender a jugar. La mayoría de los niños de seis o siete años pueden seguir las reglas básicas.
Algunos niños de cuatro o cinco años pueden jugar. Al igual que aprender un idioma o música, un comienzo temprano puede ayudar a un niño a ser más competente. Sin embargo, sea cual sea la edad de un niño, el ajedrez puede mejorar la concentración, la paciencia y la perseverancia, así como desarrollar la creatividad, la intuición, la memoria y, lo que es más importante, la capacidad de analizar y deducir a partir de un conjunto de principios generales, aprendiendo a tomar decisiones difíciles y resolver problemas con flexibilidad.
5 razones por las que el ajedrez es bueno para el cerebro:
- El ajedrez mejora la concentración
- El ajedrez desarrolla la paciencia y la perseverancia.
- El ajedrez desarrolla tus habilidades analíticas y de resolución de problemas.
- El ajedrez aumenta tu coeficiente intelectual
- El ajedrez te ayuda a sintetizar información en un mundo globalizado
Estos son sin duda un gran reclamo. Este artículo describe algunos de los argumentos y estudios educativos para justificar por qué el ajedrez es bueno para el desarrollo del cerebro:
1. Concentración, Paciencia y Perseverancia
Para jugar bien al ajedrez se requiere una intensa concentración. Sin duda, algunos de los mejores jugadores del mundo pueden parecer distraídos, a veces saltando entre movimientos para caminar. Sin embargo, una mirada más cercana revela que la mayoría de estos jugadores en realidad están profundamente concentrados, confiando en un fuerte recuerdo visual para planificar y calcular incluso cuando están lejos de su juego.
Para los jugadores jóvenes e inexpertos, el ajedrez enseña las recompensas de la concentración y proporciona sanciones inmediatas por fallas. Pocas herramientas de enseñanza proporcionan una retroalimentación tan rápida. Un desliz en la concentración puede conducir a un simple error, tal vez incluso a terminar el juego. Solo un joven ajedrecista enfocado, paciente y persistente mantendrá resultados constantes, características que son igualmente valiosas para desempeñarse bien en la escuela, especialmente en los exámenes escolares.
2. Análisis, Lógica y Resolución de Problemas
Jugar bien al ajedrez implica una combinación de aptitudes. Un estudio de 1973-74 en Zaire realizado por el Dr. Albert Frank (1974) encontró que los buenos jugadores de ajedrez adolescentes (16-18 años) tenían fuertes habilidades espaciales, numéricas, administrativas, direccionales y de papeleo. El Dr. Robert Ferguson (1995, p. 2) señala que “Este hallazgo tiende a mostrar que la habilidad en el ajedrez no se debe a la presencia en un individuo de solo una o dos habilidades, sino que un gran número de aptitudes trabajan juntas en el ajedrez. ”
Aún más significativo, el estudio de Frank encontró que aprender ajedrez, incluso en la adolescencia, fortaleció las aptitudes numéricas y verbales. Esto le ocurrió a la mayoría de los estudiantes (no solo a los jugadores fuertes) que tomaron un curso de ajedrez de dos horas cada semana durante un año escolar.
Otros estudios han agregado que jugar al ajedrez puede fortalecer la memoria de un niño (Artise). Un estudio de 1990-92 en New Brunswick, Canadá, muestra además el valor del ajedrez para desarrollar habilidades de resolución de problemas entre los niños pequeños (Gaudreau 1992). Al integrar el ajedrez en el plan de estudios tradicional de matemáticas, los profesores pudieron aumentar significativamente las puntuaciones medias de resolución de problemas de sus alumnos.
Estos estudiantes también obtuvieron puntajes mucho más altos en las pruebas de resolución de problemas que los que solo tomaron el curso estándar de matemáticas. El ajedrez de la escuela primaria ahora se ha disparado en New Brunswick. En 1989, 120 alumnos jugaron en el campeonato provincial de ajedrez escolar. Tres años más tarde jugaron más de 19.000 (Ferguson 1995, p. 11).
También se ha demostrado que el ajedrez fomenta el pensamiento crítico y creativo. El estudio de cuatro años del Dr. Ferguson (1979-83) analizó el impacto del ajedrez en las habilidades de pensamiento de los estudiantes en el Distrito Escolar del Área de Bradford en los Estados Unidos (grados 7-9). Estos estudiantes ya fueron identificados como superdotados, con puntajes de coeficiente intelectual (CI) superiores a 130. Usando dos pruebas (Watson-Glaser Critical Thinking Appraisal y Torrance Tests of Creative Thinking) Ferguson (1995, pp. 4-6) encontró que después de pasar 60-64 horas jugando y estudiando ajedrez durante 32 semanas, los estudiantes mostraron un progreso significativo en el pensamiento crítico.
Además, descubrió que el ajedrez mejora la «creatividad en adolescentes superdotados». Concluyó que “parece que el ajedrez es superior a muchos programas utilizados actualmente para desarrollar el pensamiento creativo y, por lo tanto, podría incluirse lógicamente en un programa diferenciado para estudiantes mentalmente superdotados”.
Sin embargo, jugar al ajedrez no solo es valioso para desarrollar las habilidades de los niños superdotados. Los estudiantes promedio e incluso por debajo del promedio también pueden beneficiarse. El profesor de ajedrez Michael Wojcio (1990) señala que “incluso si un aprendiz lento no capta todos los [the strategies and tactics in chess]aún puede beneficiarse aprendiendo lenguaje, conceptos y movimientos de motricidad fina”.
Durante un programa dirigido por el Dr. Ferguson desde septiembre de 1987 hasta mayo de 1988, todos los miembros de una clase estándar de sexto grado en la zona rural de Pensilvania debían tomar lecciones de ajedrez y jugar. Esta clase tenía 9 niños y 5 niñas. Al comienzo de este estudio, los estudiantes realizaron pruebas de coeficiente intelectual, lo que produjo un coeficiente intelectual medio de 104,6.
Luego, los estudiantes estudiaron ajedrez dos o tres veces por semana mientras jugaban la mayoría de los días. También se les animó a participar en torneos. Después de esta instrucción intensiva de ajedrez, un grupo de siete niños logró terminar segundo en el Campeonato Escolar del Estado de Pensilvania de 1998. Significativamente, al final del estudio, las pruebas mostraron un aumento significativo tanto en la memoria como en las habilidades de razonamiento verbal, especialmente entre los jugadores de ajedrez más competitivos (Ferguson 1995, pp. 8-9).
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Ajedrez y coeficiente intelectual
También se ha demostrado que estudiar ajedrez sistemáticamente aumenta las puntuaciones de CI de los estudiantes, las puntuaciones de los exámenes académicos (Dullea 1982; Palm 1990; Ferguson 2000, p. 3), así como también fortalece las habilidades matemáticas, lingüísticas y de lectura (Margulies 1991; Liptrap 1998; Ferguson 2000, págs. 3-4).
Utilizando la escala de inteligencia para niños de Wechsler, un estudio venezolano de más de 4.000 estudiantes de segundo grado encontró un aumento significativo en los puntajes de coeficiente intelectual de la mayoría de los estudiantes después de solo 4,5 meses de estudiar ajedrez sistemáticamente. Esto ocurrió en todos los grupos socioeconómicos y tanto para hombres como para mujeres. El gobierno venezolano quedó tan impresionado que todas las escuelas venezolanas introdujeron lecciones de ajedrez a partir de 1988-89 (resumido en Ferguson 1995, p. 8).
Resolución de problemas y síntesis de información en un mundo globalizado
Internet, el correo electrónico y las computadoras están cambiando rápidamente las habilidades esenciales para tener éxito en la escuela y el trabajo. A medida que se acelera la globalización, la información llega cada vez más rápido. La información que tomó meses rastrear hace unos años ahora puede salir de Internet en solo minutos. Con un acceso tan fácil y volúmenes tremendos, la capacidad de elegir de manera efectiva entre una amplia variedad de opciones es cada vez más vital.
En este mundo, los estudiantes deben ser cada vez más capaces de responder de manera rápida, flexible y crítica. Deben poder navegar y sintetizar grandes cantidades de información, no solo memorizar fragmentos de ella. Deben aprender a reconocer lo que es relevante y lo que es irrelevante. También necesitan adquirir las habilidades para poder aprender nuevas tecnologías rápidamente y resolver un flujo continuo de problemas con estas nuevas tecnologías.
Aquí es donde el ajedrez como herramienta para desarrollar la mente de nuestros hijos parece ser especialmente poderoso. Por su propia naturaleza, el ajedrez presenta un conjunto de problemas en constante cambio. Excepto al comienzo del juego, donde es posible memorizar las líneas más fuertes, cada movimiento crea una nueva posición. Para cada uno de estos, un jugador trata de encontrar el «mejor» movimiento calculando con anticipación, evaluando estas posibilidades futuras utilizando un conjunto de principios teóricos.
Es importante destacar que puede existir más de un «mejor» movimiento, al igual que en el mundo real puede existir más de una mejor opción. Los jugadores deben aprender a decidir, incluso cuando la respuesta sea ambigua o difícil.
Estas habilidades de pensamiento son cada vez más valiosas para los estudiantes de primaria y secundaria que se enfrentan constantemente a nuevos problemas cotidianos. Si estos estudiantes van a la universidad, será especialmente imperativo entender cómo aplicar principios amplios para evaluar situaciones nuevas de manera crítica, en lugar de depender de absorber una gran cantidad de ‘respuestas’.
Con demasiada frecuencia, mis propios estudiantes universitarios no tienen estas habilidades. Como resultado, se ven abrumados por la información, buscando en vano la respuesta correcta para memorizar en lugar de las mejores opciones.
Conclusión| Ajedrez y Desarrollo Cerebral
El caso, entonces, es excepcionalmente fuerte para usar el ajedrez para desarrollar el cerebro de nuestros niños y ayudarlos a enfrentar las crecientes complejidades y demandas de un mundo globalizado. Cada vez más escuelas de todo el mundo están reconociendo el valor del ajedrez, y ahora la instrucción se está convirtiendo en parte de los planes de estudio estándar. Por supuesto, es solo un juego. Sin embargo, ha fascinado y desafiado a algunas de las mentes más brillantes del siglo pasado, generando suficientes libros sobre cómo jugar para llenar una biblioteca entera.
El ajedrez es una herramienta de enseñanza especialmente eficaz. Puede desafiar igualmente las mentes de niñas y niños, dotados y promedio, atléticos y no atléticos, ricos y pobres. Puede enseñar a los niños la importancia de la planificación y las consecuencias de las decisiones. Además, puede enseñar cómo concentrarse, cómo ganar y perder con gracia, cómo pensar de manera lógica y eficiente y cómo tomar decisiones difíciles y abstractas (Seymour y Norwood 1993).
En niveles más avanzados, puede enseñar una planificación flexible, ya que jugar bien requiere un plan coherente, pero no uno que se siga rígidamente, independientemente de la respuesta del oponente. El ajedrez también puede generar confianza y autoestima sin inflar demasiado los egos, ya que algunas pérdidas son inevitables, incluso para los campeones del mundo.
Mejorando a través de Torneos
El ajedrez puede potencialmente ayudar a enseñar a los niños superdotados de bajo rendimiento cómo estudiar, tal vez incluso dejándolos con una pasión por aprender. Además, los torneos de ajedrez pueden proporcionar un escenario natural para que un niño superdotado interactúe con otros niños de todas las edades, ya que muchos torneos no se dividen por edad sino por habilidad (a diferencia de la mayoría de las actividades escolares y muchos otros deportes).
Es común ver a un niño de seis años interpretando a uno de doce, oa un niño de diez años interpretando a uno de diecisiete. Los jugadores jóvenes también pueden desempeñarse muy bien en los torneos de ajedrez para adultos. En 1999-2000 en Australia, por ejemplo, un niño de trece años ganó el campeonato de Nueva Gales del Sur, uno de catorce años ganó el campeonato de Australia del Sur, uno de quince años ganó el campeonato de Queensland y un niño de trece años -viejo empatado en el segundo lugar en el campeonato australiano.
Los juegos de ajedrez de torneo, que involucran relojes para limitar el tiempo total que cada jugador puede usar, también son una forma divertida de proporcionar práctica para tomar decisiones rápidas y precisas bajo presión, una habilidad que puede ayudar a los estudiantes a lidiar con las presiones similares de los exámenes escolares. Esta es también una forma divertida de practicar cómo poner el cerebro en marcha, donde la concentración intensa aumenta el estado de alerta, la eficiencia de los procesos de pensamiento y, en última instancia, el rendimiento mental.
Quizás lo más importante es que el ajedrez es una forma divertida de enseñar a los niños cómo pensar y resolver una variedad diversa y en constante cambio de problemas difíciles. Con millones de posibilidades en cada juego, los jugadores deben enfrentarse continuamente a nuevas posiciones y nuevos problemas. No pueden resolverlos usando una fórmula simple o basándose en respuestas memorizadas. En su lugar, deben analizar y calcular, basándose en principios y patrones generales junto con una dosis de creatividad y originalidad, una habilidad que refleja cada vez más lo que los estudiantes deben enfrentar en su trabajo escolar diario.
En junio de 1999 el Comité Olimpico Internacional reconoció oficialmente el ajedrez como deporte. Esta es una buena noticia para los seis millones de ajedrecistas registrados en el mundo, así como para muchos más jugadores no registrados. Con tal reconocimiento, es de esperar que aún más de nuestros niños se vuelvan hacia el ajedrez, luchando por sueños deportivos que los harán más inteligentes y, en última instancia, capaces de enfrentar mejor el mundo real de problemas perpetuos.
Por qué el ajedrez es bueno para el desarrollo del cerebro
El ajedrez ha sido considerado desde hace siglos como un juego intelectual que trasciende simplemente el entretenimiento. Más allá de su fama como deporte mental, existe evidencia científica que respalda los beneficios que el ajedrez puede tener en el desarrollo del cerebro de quienes lo practican. A continuación, respondemos las preguntas más frecuentes sobre esta temática:
1. ¿En qué medida el ajedrez estimula el desarrollo del cerebro?
El ajedrez es un juego que exige a los jugadores desarrollar habilidades cognitivas como la memoria, el razonamiento lógico, la concentración y la toma de decisiones estratégicas. Estos desafíos mentales constantes son un estímulo efectivo para el cerebro, promoviendo su desarrollo y fortaleciendo las conexiones neuronales.
2. ¿Cuál es el impacto del ajedrez en el desarrollo de habilidades matemáticas?
La práctica del ajedrez está estrechamente relacionada con las matemáticas. El juego requiere pensar en términos de patrones, secuencias y posibilidades. A través de la resolución de problemas ajedrecísticos, los jugadores mejoran su capacidad para el cálculo mental, la resolución de operaciones matemáticas y la identificación de estructuras numéricas.
3. ¿El ajedrez puede mejorar la concentración y la memoria?
Definitivamente. El ajedrez demanda una excelente concentración debido a la multitud de variables que entran en juego en cada partida. Además, la necesidad de recordar las jugadas previas y las posiciones de las piezas, estimula la memoria y su capacidad de retención a corto y largo plazo.
4. ¿A qué edad se recomienda comenzar a practicar ajedrez para obtener sus beneficios para el desarrollo cerebral?
El ajedrez puede ser apropiado para personas de todas las edades. Sin embargo, se han encontrado resultados más notables en el desarrollo cerebral cuando se empieza a practicarlo desde edades tempranas. Incluso, estudios han demostrado que el ajedrez en las escuelas puede mejorar el rendimiento académico de los estudiantes.
5. ¿Existen estudios científicos que respalden los beneficios del ajedrez en el desarrollo cerebral?
Sí, diversos estudios han demostrado los efectos positivos del ajedrez en el desarrollo del cerebro. Por ejemplo, un estudio publicado en la revista «Scientific Reports» evidenció que los jóvenes que practican ajedrez obtienen mejores resultados en pruebas de inteligencia no verbal y habilidades verbales. Este es solo uno de los muchos ejemplos que respaldan la relación entre el ajedrez y el desarrollo cerebral.
Para más información detallada sobre los beneficios del ajedrez en el desarrollo cerebral, puedes consultar el siguiente artículo: The effects of chess instruction on students’ cognitive and academic skills: State of the art and theoretical challenges.